Es muy probable que te sientas a gusto con tus gafas, pero con el paso del tiempo es posible que tu visión necesite lentes con una nueva graduación. Aquí te ayudaremos a descubrir si existe la posibilidad que tus gafas estén mal graduadas y qué consecuencias puede tener para tus ojos no tratar correctamente tus alteraciones visuales.
El tiempo y tus ojos:
Si tienes alteraciones visuales como miopía, hipermetropía o astigmatismo, es posible que lleves un tiempo usando gafas para corregirla. Sin embargo, incluso con gafas bien graduadas, la visión puede empeorar por distintos factores, por lo que tus ojos necesitarán gafas con más graduación.
¿Cuáles son las señales de una mala graduación?
Los seres humanos tienen la capacidad de adaptarse y pueden acostumbrarse incluso a no ver bien, pero exigiendo mucho esfuerzo a sus ojos que podría desencadenar en una fatiga visual que podría manifestarse de diferentes formas. Estos podrían ser los síntomas de unas gafas mal graduadas:
- 1. Poca nitidez: Puede suceder sin que te des cuenta, pero si te fijas bien, eres consciente de que tu visión es algo más borrosa que antes. Es probable que te cueste leer con claridad un cartel o ver nítido algo que tienes cerca. La forma en la que se manifieste dependerá del tipo de alteración visual que tengas, pero de lo que no hay duda es de que tu visión ya no es tan clara como hace algún tiempo a pesar de las gafas.
- 2. Dolor de cabeza: Esto ocurre por el sobre esfuerzo que hacen los ojos para darte la mejor visión posible. Si esto se alarga en el tiempo, puede ser que sea causado por una graduación errónea.
- 3. Mareos: Los movimientos de cabeza o pasar de enfocar un objeto lejano a otro que se encuentra más cerca, en ocasiones puede generar un ligero mareo.
- 4. Ojos enrojecidos y lagrimeo: Estos son dos de las señales más evidentes de la fatiga visual y que muestran de forma clara el trabajo extra que los ojos están haciendo.
Entonces, ¿Qué puedo hacer si considero que mis gafas están mal graduadas?
Si detectas uno de estos síntomas y crees que podrías estar usando gafas con lentes mal graduados, lo primero que debes hacer es ir a tu centro óptico de confianza y realizarte una revisión; la cual siempre recomendamos que se debe hacer por lo menos una vez al año. Solo a través de un examen visual con especialistas podrás confirmar si tu alteración visual ha evolucionado y necesites adaptar tus gafas a tus nuevas necesidades oculares. La revisión constante es importante, porque hay patologías visuales como las cataratas o la degeneración macular que solo se manifiestan cuando están avanzadas, pero pueden ser detectadas a tiempo en revisiones rutinarias.
Como puedes leer, la mejor manera de disfrutar de una visión de calidad y de prevenir posibles enfermedades, es asistiendo a un encuentro anual con tu optómetra.
